Chile y Bolivia, enfrentados por la historia, se encuentran en la literatura
martes, 14 de agosto de 2007
FUENTE: IBL NEWS, ADN.es, INFORMATIVOS TELECINCO
La Feria Internacional del Libro de La Paz está sirviendo para materializar a través de la literatura el reencuentro entre Chile y Bolivia, enfrentados por la historia pero con "una hermandad profunda", según el poeta chileno Raúl Zurita.
Debates, música y lectura de poesía, a cargo de personajes de la talla de Jorge Edwards o Raúl Zurita, sirven en "la carpa de los poetas chilenos" para que dos países sin relaciones diplomáticas se miren a los ojos a través de los libros.
Chile, el país invitado de honor de la feria, ha conseguido recrear el espíritu de Violeta Parra y Pablo Neruda montando un auténtico foro literario que ha llamado "carpa de los poetas chilenos".
Con ella, los chilenos ha logrado ser uno de los polos de la actividad de la feria y reunir en ella cada tarde el sofisticado desaliño de los auténticos lectores paceños, esos que pasan más tiempo en bibliotecas que en librerías porque no se pueden pagar todo lo que leen.
El propio Raúl Zurita, uno de los poetas más importantes del panorama literario chileno y Premio Nacional de Literatura del año 2000, aseguró a Efe que "Chile necesita mucho más a Bolivia, no por el gas, sino para reencontrarse con su destino latinoamericano".
Los otros dos grandes protagonistas de la feria son Italia, cuyo embajador es el escritor Silvio Mignano, y Cuba, con "peculiares presentaciones" como la de la tercera edición de "Cien horas con Fidel", del periodista español editor de Le Monde Diplomatique Ignacio Ramonet, que no estaba presente.
Esta presentación corrió a cargo del embajador cubano, Rafael Dausá, quien firmó a decenas asistentes dedicatorias en un libro que no ha escrito.
La delegación cubana también está dedicada a publicitar su programa de alfabetización "Yo sí puedo", con el que trata de ayudar a Bolivia, un país en el que se calcula que hay un millón de analfabetos, a que se convierta en el tercero de Latinoamérica en erradicar el analfabetismo, tras Venezuela y Cuba.
La feria, además de punto de encuentro entre aficionados a la literatura, es una especie de atractivo turístico que visitan muchos paceños y que los organizadores no dejan de confiar en convertir en lectores.
En este sentido, uno de los puestos más exitosos es "la bodega de los libros", donde ejemplares ya leídos se amontonan mientras desfilan buscadores de tesoros, y poco a poco ya van quedando poco más que manuales universitarios y superventas que casi han perdido la esperanza de irse a vivir a una biblioteca mejor.
Aglomeraciones y risas, de mayores y niños, en el puesto de la embajada española, donde Félix Albo, un "cuentacuentos" valenciano que se define como "contador de historias" al que le gusta "vivir despacio", está siendo una de las sensaciones de la feria.
"Me parece impresionante que un grupo de adultos se deje llevar por la voz en la era de los efectos especiales", asegura este barbudo errante, que está de gira por Bolivia y pronto irá Colombia y Marruecos.
Albo, que se siente "un privilegiado por poder vivir de contar historias", ha renunciado a ofertas de la televisión para, como él dice: "Cultivar mi huerta y disfrutar de mi nano", como llama a su hijo de dos años.
El puesto de la representación diplomática española no vende libros, recoge en unas fichas las peticiones de los visitantes para conocer lo que demandan los lectores bolivianos y luego hacer donaciones a instituciones.
La Feria Internacional del Libro de La Paz se celebra en el recinto ferial de Bajo Següencoma, al sur de la ciudad, hasta el próximo 19 de agosto.
La Feria Internacional del Libro de La Paz está sirviendo para materializar a través de la literatura el reencuentro entre Chile y Bolivia, enfrentados por la historia pero con "una hermandad profunda", según el poeta chileno Raúl Zurita.
Debates, música y lectura de poesía, a cargo de personajes de la talla de Jorge Edwards o Raúl Zurita, sirven en "la carpa de los poetas chilenos" para que dos países sin relaciones diplomáticas se miren a los ojos a través de los libros.
Chile, el país invitado de honor de la feria, ha conseguido recrear el espíritu de Violeta Parra y Pablo Neruda montando un auténtico foro literario que ha llamado "carpa de los poetas chilenos".
Con ella, los chilenos ha logrado ser uno de los polos de la actividad de la feria y reunir en ella cada tarde el sofisticado desaliño de los auténticos lectores paceños, esos que pasan más tiempo en bibliotecas que en librerías porque no se pueden pagar todo lo que leen.
El propio Raúl Zurita, uno de los poetas más importantes del panorama literario chileno y Premio Nacional de Literatura del año 2000, aseguró a Efe que "Chile necesita mucho más a Bolivia, no por el gas, sino para reencontrarse con su destino latinoamericano".
Los otros dos grandes protagonistas de la feria son Italia, cuyo embajador es el escritor Silvio Mignano, y Cuba, con "peculiares presentaciones" como la de la tercera edición de "Cien horas con Fidel", del periodista español editor de Le Monde Diplomatique Ignacio Ramonet, que no estaba presente.
Esta presentación corrió a cargo del embajador cubano, Rafael Dausá, quien firmó a decenas asistentes dedicatorias en un libro que no ha escrito.
La delegación cubana también está dedicada a publicitar su programa de alfabetización "Yo sí puedo", con el que trata de ayudar a Bolivia, un país en el que se calcula que hay un millón de analfabetos, a que se convierta en el tercero de Latinoamérica en erradicar el analfabetismo, tras Venezuela y Cuba.
La feria, además de punto de encuentro entre aficionados a la literatura, es una especie de atractivo turístico que visitan muchos paceños y que los organizadores no dejan de confiar en convertir en lectores.
En este sentido, uno de los puestos más exitosos es "la bodega de los libros", donde ejemplares ya leídos se amontonan mientras desfilan buscadores de tesoros, y poco a poco ya van quedando poco más que manuales universitarios y superventas que casi han perdido la esperanza de irse a vivir a una biblioteca mejor.
Aglomeraciones y risas, de mayores y niños, en el puesto de la embajada española, donde Félix Albo, un "cuentacuentos" valenciano que se define como "contador de historias" al que le gusta "vivir despacio", está siendo una de las sensaciones de la feria.
"Me parece impresionante que un grupo de adultos se deje llevar por la voz en la era de los efectos especiales", asegura este barbudo errante, que está de gira por Bolivia y pronto irá Colombia y Marruecos.
Albo, que se siente "un privilegiado por poder vivir de contar historias", ha renunciado a ofertas de la televisión para, como él dice: "Cultivar mi huerta y disfrutar de mi nano", como llama a su hijo de dos años.
El puesto de la representación diplomática española no vende libros, recoge en unas fichas las peticiones de los visitantes para conocer lo que demandan los lectores bolivianos y luego hacer donaciones a instituciones.
La Feria Internacional del Libro de La Paz se celebra en el recinto ferial de Bajo Següencoma, al sur de la ciudad, hasta el próximo 19 de agosto.