De nuevo la presencia juvenil y las ganas de disfrutar de historias en base a fogonazos de plano y secuencia definieron la jornada de ayer del Festival de Cortometrajes 'Avilés... ¡Acción!'. La cita celebró en la Casa de Cultura su segunda gala, que en esta ocasión sirvió para presentar y premiar los trabajos finalistas de la sección Formación.

Así, los seis directores que alcanzaron esta fase del certamen, todos ellos estudiantes de cine o de realización, acudieron al auditorio de Álvarez Acebal con sus respectivos trabajos, en una línea que iba del drama al humor, con gotas de suspense o de denuncia en su caso. Y con el nada desdeñable peso de las muchas horas de cine, en toda la extensión de la palabra que todos ellos llevan a las espaldas, tanto en su faceta de degustadores del séptimo arte como de incipientes creadores de relatos cámara en mano.

El primer corto emitido fue 'En el aire' , de Carmen Menéndez. Se trata de una historia de doble rasero y en dos tiempos «sobre dos presentadores de una cadena de televisión y su estatus de trabajadores en precario», según explicó la propia autora. La carga de denuncia es vista por ella misma como «lo más importante de este trabajo», y como tal recibió el premio del jurado en esta categoría, dotado con 1.400 euros.

El humor y la perplejidad son los rasgos más notorios de 'Interruptus', un relato que se desarrolla «en un lavabo, donde un oficinista asiste incrédulo al diálogo erótico y subido de tono que mantienen sus dos jefes», tal y como refirió su director Adrián Álvarez. El hecho de que los protagonistas de la escena centra, que no se ve pero que sí se oye sean del mismo sexo, y que el inopinado espectador vea obligado a guardar secreto ante esas 'debilidades' de sus superiores, so pena de perder el puesto de trabajo volvió a insistir en la carga crítica de la cita, suscitando la carcajada unánime en el patio de butacas.

El drama hizo acto de presencia con 'La extraña', una historia sobre una hija y su madre enferma de Alzheimer firmada por Javier Gutiérrez. El alumno del CISLAN de La Felguera se basó para hacerla «en una historia del escritor Félix Albo, que me cautivó por lo emotivo y lo tierno», aseguró el realizador, antes de matizar que el trasfondo de la cinta es «duro, como la propia enfermedad».

La tensión se relajó por medio del pase de 'Línea adicional', de Héctor Iglesias. Humor irónico, sin gestos visibles, casi cínico, para una pequeña historia de venganzas personales que su autor comprimió contundentemente en sus seis minutos de metraje. Por su parte, Noelia Brage se alzó con el premio del público, con 'El maletín', también basado en un relato literario, en este caso de la propia madre de la realizadora. Varios problemas técnicos estuvieron a punto de truncar el pase de este trabajo, resueltos al final de la forma más afortunada. Los 1.100 euros del galardón así lo testifican.

El último de los cortos finalistas fue '¿Cachopo para cuántos?' de Isabel González, un musical donde el plato asturiano brindó en efecto sabores poco transitados en la cita.

El día terminó con la emisión, ya de noche, del largometraje 'Seis puntos sobre Emma' de Roberto Pérez Toledo. El cineasta canario participa hoy en la entrega de premios de la sección oficial, que cierra la cita a las 6 en la Casa de Cultura.