Leer por el oído

 FUENTE: Ideal, Almería

Cientos de alumnos de distintos cursos de la provincia participan en las actividades del XXI Salón del Libro Infantil y Juvenil 

26.11.08 - 
LECTURA. Un grupo de niños sigue la intervención de un animador en la Biblioteca Villaespesa. / IDEAL
-Sí, yo sí. El último libro que he leído ha sido 'Mi nombre es Gerónimo Stilton'.

-Pues yo, 'Conan'.

-Yo he leído... Espera... A ver... 'El rey... El rey del escondite'.

Varios niños del colegio Europa querían contestar todos al mismo tiempo a la pregunta sobre sus lecturas tras asegurar que les gustaba leer y más en estos tiempos que corren que pueden hacerlo en distintos soportes. Acababan de participar en la sesión de cuentacuentos 'Espacios para oír' con Félix Albo como narrador y con el Salón de Actos de la Biblioteca Pública Provincial Francisco Villaespesa, de Almería, como escenario. Se escuchaban aún los ecos de los aplausos que tributaron al cuentacuentista y de las risas que acompañaron toda la sesión y que provocaron que más de un usuario de la propia Biblioteca se asomara para ver qué ocurría en el salón. 

Y esa sesión era una de las diez que incluyó la jornada, desde las nueve y media de la mañana hasta la una y media de la tarde, con la presencia también como narrador de Juan Ignacio Pérez, y por las que pasaron alumnos de Primaria, de Secundaria y de Bachillerato de los centros, entre otros, Virgen del Mar, El Puche, Portocarrero, Caravaca, Torrequebrada (El Parador) y el Instituto de Viator. Era la segunda de las cuatro que incluye el XXI Salón del Libro Infantil y Juvenil, organizada por Alín (Asociación de Libro Infantil) con la colaboración de las consejerías de Educación y de Cultura de la Junta de Andalucía.

Semilla

'La aventura de oír' es el lema de esta edición, que está dedicada como un homenaje a Ana Pelegrín por su labor en el mundo de la lectura y de una manera especial por su trabajo en la recuperación de la tradición oral. Su personalidad y su legado han merecido, tal como recoge el programa, los siguientes adjetivos: «maga, hechicera, cautivadora de sueños, creadora de palabras, costurera de poesías, recitadora cálida, investigadora, artesana, recopiladora de textos, canciones, rondas, leyendas, retahílas...» Además de 'espacios para oír', las actividades programadas para los centros docentes tienen como títulos 'El arte de contar cuentos' y 'Canto y cuento'.

«Los colegios repiten. Estamos por la vigésimo primera edición y, si los colegios siguen viniendo, es que ven algún resultado y que la actividad tiene un sentido. No sabemos ni tal vez se pueda contabilizar los resultados en cuanto a la afición a la lectura por parte de los niños, pero la semilla está ahí», comentó Marisa Zapata, de Alín. La necesidad de este tipo de jornadas o su finalidad quedan totalmente confirmadas en el hecho de que son ya muchos los centros académicos que incluyen esta actividad en su plan de centro desde el principio. Y que los alumnos terminan por leer se ha logrado en aquellas ediciones en las que la participación consistía en un encuentro con el autor de un libro que deberían haber leído previamente en clase y trabajado sobre él.

Tras reconocer que se trata de un trabajo y que en esa tarea deja retazos de su voz, pese al consumo de varias botellas de agua, Félix Albo, un cuentacuentista participante, admitió que disfruta como los niños de la actividad al igual que los profesores que acompañan a los alumnos, sobre todo cuando el relato ha captado de tal manera su atención que no resulta necesario prácticamente ninguna vigilancia. «...Y colorín colorado este cuento se ha acabado». Pasan los años y llegan innovaciones, pero este final parece que nunca pasará. Félix Albo lo entremezcló con los gritos coreados de 'eó, eó' y 'oé, oé' en clara alusión futbolística. Y cuenta los cuentos con el libro correspondiente sobre las manos y pasando las hojas de cara a los niños. 

«Lo que cuento es una versión oralizada del texto escrito. Para esa versión oralizada muchas veces hay que alejarse un montón del texto», explica mientras a los alumnos les ha precisado, entre otras varias cosas, que haycuentos de tapa dura y cuentos de tapa blanda, según el modelo elegido para su edición, pero que todo son iguales de bonitos, aunque unos sean más baratos que los otros. Y los niños se tronchan de risa cuando para demostrar esa dureza y esa blandura se da un golpecito con un ejemplar respectivo en la cabeza. «Trabajo más aquí y en toda Andalucía que en la Comunidad Valenciana tal vez porque allí no se potencian las actividades de este tipo», señaló al comentar su presencia tan continuada en Almería.

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