Una sesión más de Félix: NUDO

FUENTE: Veleidades Vitales 2.0 por Carmen Martín
Volver a ver, y escuchar, sobre todo escuchar, a Félix Albo es siempre un privilegio y, por supuesto, un placer, incluso aunque haya que hacerlo sentada en el suelo a pie de escenario, cosas de la clandestinidad :-))

Esta vez me he vuelto a reencontrar con el dragón rojo y la niña que jugaba en el bosque, he conocido cómo se puede dar el beso más largo del mundo y me he reído e intrigado con el misterioso caso de los muertos mellados. Y todo ello contado a la manera de Félix, con su voz bien templada y atropellada a veces, sus vivarachos ojos y su envolvente encanto de hacernos cómplices de sus historias, es lo que tiene la mediterranía bien llevada.
Y muchas risas, claro, tantas que si aquel lugar produjera energía con cada una de ellas, habríamos generado reservas para los próximos diez años. Y en cierta manera fue así, sin duda. Porque los cuentos de Félix no son sólo historias bien contadas, juegos de palabras y guiños rápidos para que estés atento a la que puede saltar en cualquier momento..., como dice la canción para la ternura siempre hay tiempo. Y ahí es donde Félix nos gana por la mano, nos deja indefensos después de habernos matado de risa y ya así, desarmados, nos aplica la ternura en vena.
Porque al final de la risa tiene que estar la puerta semiabierta de la ternura.
Y como epílogo a la fantástica velada, la vuelta caminando bajo las ya cálidas noches de Barcelona y escuchando en el mp3 empapada totalmente de primavera, como suelo hacer desde hace años por estas fechas.

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