FUENTE: EL ADELANTADO 
Las 350 sillas de aforo en el patio de la Casa de Andrés Laguna se quedaron pequeñas para la masiva asistencia del público, que en la última jornada rondó las 500 personas.
David García - Segovia


La décima edición del Festival de Narradores Orales celebrado durante esta última semana en el patio de la Casa de Andrés Laguna se clausuró el domingo con un gran éxito de público.
A pesar de que el aforo es limitado, con 350 asientos, el fervor por el festival se desató acercándose, en la jornada de clausura, a los 500 asistentes, superando el centenar de personas que siguieron las actuaciones de pie. El éxito de estas jornadas entre el público también queda patente en la multitud de agradecimientos por parte del respetable que recibe el director del festival, Ignacio Sanz.
Precisamente son estos gestos y esa actitud los que animan a continuar esta labor con la que tener continuidad el año que viene con la XI edición del Festival de Narradores Orales. Como no podría ser de otra manera la intención de Ignacio Sanz es “traer siempre a los mejores”.
En cuanto a los participantes, el sentir general fue de una gran aceptación en conjunto, con una nota de notable o sobresaliente si hubiera que dársela. No obstante, hay que destacar que cada narrador es un mundo, con sus matices, ya sea para bien o para mal, y que no todos estuvieron a la altura. De todas las actuaciones sin duda Félix Albo y Quico Cadaval destacaron sobre las demás, aunque sin desmerecer al resto.
Sanz quiso destacar la nobleza y el arte en esta profesión ya que “con muy pocos recursos se puede hacer vibrar a la gente, despertando en ellos la emoción y el entusiasmo”.
Este festival destaca también por ser un acto civil y civilizado con el que se recupera un espacio, como es el patio de la Casa de Andrés Laguna, y el gusto por escuchar.
Cuando se cumple la décima edición del festival, ya se apunta que va perdiendo su condición de local, pues ya se ve gente entre el público, con un gusto especial por la literatura , que se recorre más de cuarenta kilómetros para ver las narraciones, viniendo incluso alguno de ellos de Madrid.
Por otro lado, Federico Martín Nebrás, que el pasado sábado ofreció un recital sobre mitos y leyendas del mundo arábigo y hebreo, es natural de la Vega de Plasencia y no de Alicante como ayer se publicó en este periódico.

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